—¡No lo sé, no puedo ver! ¡Voy vendada!
—¡Yo también!
—¡A dónde nos llevan! —grité, recibiendo un culatazo como respuesta.
—Nos van a desaparecer —volvió hablar el muchacho.
—Me llamo Mauro Vargas, 22 años…
—!Soy Camila! —le grité, antes de verlo caer desafiando a su verdugo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario