MADRE DE MAYO, Aurora María Posada


No dejaremos morir a tu hijo
lo obligaremos a estar presente.
Unido a jóvenes que marchan en buen espíritu.
Librando sueños recién paridos,
acompañados de ideas propias
de cómo quieren educar sus vidas.
Lo reviviremos, una y otra vez, en la memoria,
en la plaza de cada árbol que cambió de hojas,
que atestiguó tu cuerpo encorvándose sin respuesta.
Lo conminaremos, madre, a estar presente.
Lo traeremos siempre a la superficie,
encenderemos velas con sus mentes jóvenes.
Con su recuerdo haremos una fiesta,
para que regresen, siempre a ti, y a ti, en cada flor,
en cualquier hemisferio que te encuentres.
A falta de tumbas, los instalaremos de manera viva,
prolongando el cuadro extendido en el tiempo.
Hacia la permanencia del recuerdo de generaciones,
heredada de cada grito que tú desvelas.




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