CONTRA TODA ESPERANZA, Alejandro López

03 febrero 2016
Pronto se cumplirán siete meses desde que abandonamos Nepal poniendo rumbo a nuestros confortables hogares del primer mundo. La vergüenza que sentimos al pisar nuestro país fue tan grande como el inmenso dolor que nos llevamos de aquel año y medio… testigos de lo innombrable.
Se debería inventar un nuevo lenguaje para poder describir la conmoción que nos causaron las escenas y las vivencias de aquellos viajes. Hoy me armo de valor para compartir estas líneas contigo, sabiendo que muy pocos entienden y entenderán el mensaje que hemos querido transmitir al mundo.
Tengo la impresión de que Martin empieza a entender mi decisión de seguir con esta huelga de hambre. Sólo por si esto terminara de forma trágica, tengo la necesidad de dejarte impresas las cifras y los nombres que nos llevamos muy dentro todo el equipo fantástico de cooperantes amigos que nos embarcamos en el proyecto de ayuda humanitaria durante aquellos meses.
Los datos:
Población mundial: 7.300.000.000
Menores de 18 años: 2.200.000.000
En situación de trabajo infantil: 168.000.000
Según la OIT el 72% de estos niños tienen entre 5 y 14 años y el resto tienen entre 15 y 17 años
Los cooperantes:
Marta, falleció en Bolivia hace ya diez meses. Era enfermera.
Marco, decidió no volver y se quedó en Afganistán. Recién licenciado como periodista.
Isabella, vive sola sin querer retomar su vida familiar. Otra excelente enfermera.
Jack, me mantiene al tanto de sus últimos avances en el comunicado que logró hacer llegar a Naciones Unidas. Un excelente periodista y mejor sociólogo.
Laura, intenta recuperarse en Nueva Delhi de su persistente disentería antes de volver recuperada a su casa. No he visto jamás una persona más dedicada y optimista como esta excelente pediatra. 
La ruta:
Los sitios que más nos impactaron fueron, Afganistán, Filipinas, India, Bangladesh, Myanmar, Nepal, Mali, Yemen, Bolivia, Chile y tantos otros rincones que ya no logro recordar. En todos ellos intentamos denunciar, ante las autoridades locales, las condiciones en las que encontrábamos a todos aquellos niños que pudimos ver. Les proponíamos con ilusión los planes de integración familiar y un programa de seguimiento a nivel de las escuelas, hospitales y ministerios gubernamentales. Solo los organismos de observadores internacionales independientes se hicieron eco de nuestra labor humanitaria. Nunca llegamos a imaginar lo poco que nos sirvieron las credenciales de las ONG’s que sufragaron el proyecto. ¿De dónde le sale al ser humano tanta desidia con la tragedia del trabajo infantil?
05 febrero 2016
Pensando ahora en los meses previos que pasamos juntos planificando los viajes, me parecen los momentos más estériles de mi vida. Los resultados penosos que ahora recogemos de todo aquel despliegue de energía y dedicación no hacen más que sepultar mi optimismo por la humanidad y bien sabes que no quiero hacerlo.
06 febrero 2016
Se me confirman las ideas acerca de la brecha insalvable que nos separa de tan cruel realidad. Ya no puedo ver la televisión, me dan nauseas la banalidad atroz que abrigan los medios de comunicación y la falta de sensibilidad absoluta de la publicidad que alimenta la barbarie de explotar aquellas almas inocentes. Recuerdo aquellas manitas destrozadas, deformes por la esclavitud a la que están sometidas. Condiciones y horarios inhumanos que harían saltar a las calles en protestas sociales a nuestra clase obrera occidental si tan solo se acercaran a un ínfimo porcentaje de su deplorable situación laboral. 
No puedo borrar de mis ojos el color y el aspecto descuidado y sucio de sus caritas, de su pelo, de sus deditos, de sus pies diminutos todavía. Niños y niñas que se asomaban a la vida contemplando su faceta más cruel e injusta sin haber saboreado la inocencia que les duró un breve suspiro.
Escenas que, tiempo atrás, me hubiesen pasado completamente desapercibidas, ahora cobraban un brutal sentido de indignación. Durante el viaje de vuelta en el avión escuché con asombro la conversación de una adolescente quejándose con descaro a sus padres acerca del modelo obsoleto de su teléfono móvil. En el parque, frente a nuestro barrio, otras dos chicas paseaban a sus perros y comentaban con lamentos la tragedia que les suponía el aspecto de sus caderas redondeadas o del efecto horrible que estaban adquiriendo las puntas de sus largas, cuidadas y perfumadas cabelleras… Mientras tanto, a millares de kilómetros, no puedo dejar de pensar en aquellos niños, cosiendo por unos céntimos al mes la ropa de moda que estas jóvenes vestían con total indiferencia e ignorancia acerca del origen de su confección.
07 febrero 2016
Saco fuerzas de donde ya no hay más que un profundo desaliento que me arrebata la energía que se me escapa como el agua entre los dedos. Hoy en todo el mundo se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. Este era otro de los proyectos que queríamos emprender este año.
¡Señor, los olores en esos sótanos infernales a modo de fábricas sepultura! 
¿Cómo podemos permanecer impasibles ante los mil seiscientos millones de obesos que hay en este mundo y los seiscientos millones de personas que no tienen acceso al agua potable?
08 febrero 2016
Mientras exista un solo niño sin agua, sin educación ni comida o un techo donde vivir… ¡¡¡NO HAY NADA QUE CELEBRAR EN EL PRIMER MUNDO!!!!
09 febrero 2016
Los médicos dicen que en pocos días entraré en una fase crítica si sigo con esta huelga de hambre. Algo en mi interior me dice que pare y luche por los valores en los que creo hasta el último aliento. Al mismo tiempo tengo la certeza de que ya nada tiene sentido. Mi preparación profesional como psicóloga no me ayuda más que a ser aún más sensible a tanta injusticia y siento una enorme impotencia.
10 febrero 2016
Martin me ha dado una noticia increíble. Bueno, realmente, son dos buenas noticias. Aún sigo sin dar crédito a lo que acabo de saber. Por un lado, Laura está a punto de volver a su casa porque deberían darle el alta en el hospital de Nueva Delhi en un par de días. Ya no tiene fiebre y parece que los resultados de los últimos análisis dan valores muy esperanzadores para emprender el viaje de regreso. Aun así, su recuperación completa seguirá aquí. Me gustaría tanto abrazarla. Vivimos a pocas horas de distancia. 
La mejor noticias es que Martin me ha leído un comunicado en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha reconocido la labor que hicimos ampliando la misión que secundó la OIT durante un año más. Se abren de nuevo las posibilidades de financiación y sobre todo el impacto sobre organismos locales para aprobar el proyecto de reforma en defensa de los millones de niños que están en situación de trabajo infantil. ¡Por fin una luz de justicia en medio de tanto sufrimiento estéril!
14 febrero 2016


Sabes bien que no soy nada estándar en esto de celebraciones triviales, ¡las detesto! Hoy en medio mundo, el todopoderoso Marketing capitalista nos insta a celebrar San Valentín, consumiendo su horroroso y descarado "merchandising del amor". Yo prefiero celebrar la bondad, la paciencia y el inmenso cariño de mi querido Martin. Ya recuperada de mi debilidad, hoy he aceptado cenar con otros cooperantes y amigos en la intimidad de una celebración que hemos dedicado como homenaje a nuestra enfermera Marta, que perdió la vida dándolo todo por los demás. Las fuerzas vuelven a mí y he decidido no rendirme ante la barbarie y la agresión a los derechos de los niños en peligro repartidos por todo el planeta. Esta vez, más feliz que nunca, porque Martin, ha decidido acompañarme y entregarse a nuestra causa como cooperante en el proyecto. Todavía no sé muy bien cómo he podido superar esta montaña que me parecía ya insuperable de coronar. Sin duda saldré más fuerte y con mayor determinación para afrontar los retos que aún me esperan por delante. Me pregunto si hay algo más bonito en este mundo que disfrutar la felicidad de la entrega a los demás. Sí, puede que sea el transmitirlo a nuestros semejantes como legado para la felicidad de la humanidad. entera. Mis padres tienen gran parte de culpa en todo ello. Gracias papá y mamá por enseñarme el camino con vuestro ejemplo siempre desinteresado y altruista

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